Saturday, December 23, 2006

LA PIEDRA DE PARAIBA :
¿ ESTUVIERON LOS FENICIOS EN BRASIL?




En 1872, cerca de Rio de Janeiro, fue desenterrada una baldosa grabada que quizá pruebe que navegantes fenicios llegaron a Brasil dos mil años antes de su descubrimiento oficial: es la llamada Piedra de Paraíba.
El 11 de septiembre de 1872, el vizconde de Sapuacahy, presidente del Instituto Histórico de Río de Janeiro, recibió una carta en la que se le informaba acerca del descubrimiento, en una plantación de Paraíba (hoy Joao Pessoa), de una piedra que se partió en cuatro pedazos durante la operación y que tenía una extraña inscripción cuya copia se adjuntaba. La piedra en cuestión lamentablemente no se encontraría nunca más. Algunos eruditos creyeron reconocer en la inscripción copiada la escritura fenicia. Como no había en estos lugares especialistas de esa lengua, el emperador Pedro II de Brasil y Ladislav Netto, uno de los miembros del Instituto, llaman al francés Ernest Renan, autor de la Vie de fisus, quien era también especialista en la civilización fenicia. Después de haber hecho una traducción que hoy en día parece ser totalmente errónea, Renan declara que la inscripción es una falsificación. Luego se produce una controversia entre los expertos europeos: lo extraño del asunto radica en que ciertos aspectos de la escritura empleada eran teóricamente desconocidos en la época del descubrimiento. Este detalle harla inclinarse por la autenticidad del texto, incluso si la desaparición de la piedra es un argumento en favor de los escépticos.
En 1967, un norteamericano, el presbítero Cyrus Gordon, director del departamento de estudios mediterráneos de la universidad de Brandéis, retorna el texto. Afinna entonces que a la luz de los recientes descubrimientos, la inscripción de Paraiba no puede ser una falsificación. La declaración despierta polémica.

Esta es la traducción de Cyrus Gordon:

"Somos cananeos sidonianos de la ciudad del rey mercante. Fuimos arrojados a esta isla lejana, una tierra de montañas. Hemos sacrificado a un joven a los dioses y a las diosas celestes, en el décimo noveno año de nuestro poderoso rey Hiram y nos hemos embarcado en Esyón Guéber, en el mar Rojo. Hemos viajado con diez barcos y hemos rodeado Africa por mar durante dos años. Luego fuimos separados por la mano de Baal, y ya no estamos junto a nuestros compañeros. Así llegamos aquí, doce hombres y tres mujeres, a la «isla de hierro». ¿Soy yo, el almirante, un hombre que huiría? ¡No. Los dioses y las diosas bien podrían favorecemos!"

Gordon explica que el rey mencionado no puede ser otro sino Hiram 111 (552-532 antes de nuestra era), lo que remontarla la inscripción al año 531 a.C. El control de Gibraltar por los cartagineses explica el rodeo de Africa por el este, partiendo del mar Rojo. La «isla de hierro» debe ser Brasil, donde este metal es abundante. La evocación de la ~mano de Baal., dios de las tempestades y de la lluvia, que interviene en los asuntos humanos, puede tener dos significados: tempestad o sorteo, ¿quizás un viaje encargado por la ciudad?

¿Por qué no regresaron los fenicios?

Sin embargo, la expresión «arrojado sobre esta isla lejana» así como la cantidad muy reducida de miembros que componen la tripulación hacen pensar que la nave debió naufragar. Pero, en un país poblado de árboles como Brasil, navegantes de este temple podían perfectamente reconstruir un barco más pequeño y volver a zarpar. El verdadero obstáculo tiene un nombre: los vientos alisios. En estas latitudes, soplan desde Africa hacia América y facilitan el viaje. Pero las naves fenicias desprovistas de timón de codaste (inventado hacia el siglo XIII en Europa) son incapaces de bordear y por lo tanto de avanzar zigzagueando contra el viento. Esto hace presumir que los navegantes que grabaron esta baldosa perinanecieron toda su vida prisioneros del continente donde habían encallado... La audacia de los marinos fenicios, cretenses y cartagineses es conocida: generalmente salían de los seguros límites del Mediterráneo. Por ello una travesía como ésta no tiene por ende nada de imposible.

De hecho, se conocen dos circunnavegaciones fenicias al continente africano durante dicha epoca. Cerca del 616 a.c., Heródoto cuenta de una expedición fenicia contratada por el faraón egipcio de la XXVI dinastía Necao II (610-595 a.c.), que salió del Mar Rojo y regresó por el estrecho de Gibraltar tres años después. Y una segunda expedición, cartaginesa (colonia fenicia) comandada por Hannon en el 425 a.c. y destinada a fundar colonias en la costa africana, que habría llegado hasta el Golfo de Guinea, devolviéndose por temor a una explosión volcánica y habiendo visualizado por primera vez gorilas, antes desconocidos.

Lamentablemente, como en muchos otros casos, a esta historia le falta "la chaucha para el peso". La piedra misma nunca fue vuelta a ver, y sólo se conservó el registro copiado de sus inscripciones. Eso impide considerarla como una prueba irrefutable de la presencia fenicia en América hace 2.500 años atrás.




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Wednesday, December 06, 2006

EL RESCATE DEL
PRIMER SUBMARINO CHILENO




A contar de este lunes 4 de diciembre, se está realizando en la bahía de Valparaiso un intento de localizar y, si se puede, recuperar, el primer submarino construido en Chile, y uno de los pioneros de su tipo en el mundo, el Flach, hundido en ese lugar en 1866. Si bien existen dudas de que se logre recuperar físicamente, al menos se ha conseguido el objetivo de reflotar a la memoria pública la historia de esta curiosa aventura tecnológica realizada en nuestro país, y que tuvo un triste desenlace al hundirse y fallecer con él sus once tripulantes.
Nos situamos en el marco de la guerra que sostuvieron Chile y Perú contra España entre 1865 y 1866, en la cual Chile ingenuamente se involucró para defender los intereses peruanos del ataque español a las Islas Guaneras y motivado por un espíritu americanista, sólo 7 años antes de que este país suscribiera el tratado secreto con Bolivia y contra Chile que terminó desencadenando la Guerra del Pacifico de 1879. En fin, Chile pagó el mayor costo de esta guerra contra España, al proceder la flota hispana a bombardear y destruir el puerto de Valparaiso como represalia, hecho ocurrido el 30 de marzo de 1866, para posteriormente mantenerlo bloqueado por algunos días .
A raíz de este hecho, el gobierno de José Joaquín Pérez recibió diversos proyectos, arriesgados y pioneros, para construír naves llamadas en ese entonces “buques-cigarros” o rudimentarios submarinos, con el objetivo de atacar sorpresivamente a esta flota invasora. Uno de ellos fue el propuesto por el ingeniero y astillero alemán avecindado en Valparaíso, Karl Flach, quien diseñó la nave que se muestra en las imágenes y quien fue, en definitiva, autorizado por parte de nuestro gobierno para construirla . Se trataba del 5° intento de submarino de la historia, y el primero jamás construido en Sudamérica. A esta altura del desarrollo incipiente de esta arma, ya se habían logrado algunos exitos, como el Turtle, un submarino monoplaza de madera construido en 1776 por Bushnell para las fuerzas independentistas estadounidenses, diseñado con el único objetivo de colocar una mina a un costado del buque inglés HMS Eagle, fracasando su intento sólo por el escaso efecto que tuvo el explosivo, pero regresando con éxito a la costa. Y en 1864, sólo dos años antes que el Flach, el submarino a tracción humana Hunley se había convertido en el primero en hundir un barco enemigo con una mina durante la Guerra Civil norteamericana, cobrando eso sí la vida de sus tripulantes, al no poder alejarse a tiempo de la explosión producida. Ese era el panorama general del desarrollo submarino en el momento de construirse el Flach.


Karl Flach y su hijo de 14 años , fallecidos dentro de su submarino

Nuestro submarino metálico medía 12,5 mts de eslora, 2,5 mts de alto, pesaba 100 toneladas y era accionado por dos hélices movidas ¡a tracción humana! A través de un cigueñal, por lo cual, pese a su tamaño reducido, requería una numerosa tripulación. Disponía de una escotilla de cristal, un renovador de aire y dos cañones, uno en su proa y otro de retrocarga, que disparaban desde el agua. Podía permanecer sumergido sin problemas durante unas 8 horas.


Esquema del submarino Flach


El “Flach”, construído en Limache, fue probado en abril de 1866 en la bahía de Valparaiso, sumergiéndose con un par de personas a 7,5 mts y reapareciendo una hora después, sin novedad. La prueba fatal ocurrió el 3 de mayo de 1866. Ese día, Flach, presa del entusiasmo, intentó sumergirse y alejarse más de la costa , sin avisar de su intento a la Armada y declinando que se colocara amarrada una boya al submarino para localizarlo desde la superficie, y llevando como tripulante a su propio hijo de 14 años junto a otros 9 marinos ( 2 chilenos, 2 franceses y otros 5 alemanes). Ese día se sumergió un par de veces, desde las 9 am, reapareciendo, y la tercera fue la vencida. Como se sabía de su larga autonomía bajo el agua, nadie se preocupó en demasía tras desaparecer de la vista, hasta avanzada la tarde. Nadie sabía adonde exactamente estaba, y al día siguiente, suponiendo la segura tragedia, se intentó ubicarlo a través de un buzo, quien encontró al "Flach" a 50 mts de profundidad y enterrado en el fango de punta. Se intentó rescatarlo con cadenas, sin éxito, abandonándose definitivamente los intentos el 6 de mayo, y olvidando bajo el mar a sus 11 tripulantes para siempre. Hasta ahora.
posible situación actual del Flach, en el fondo de la bahia de Valparaiso

Gracias al entusiasmo del productor de cine Juan Enrique Benitez, quien se organizó junto a la Armada y a la Universidad SEK, que tiene un departamento de Arqueología submarina en Chile, se intentará descubrir más acerca de su destino y, tal vez, rescatarlo y quizá lograr sepultar a estos 11 arriesgados pioneros muertos en tiempos en que los avances no se podían sin poner en la balanza de los riesgos, la vida propia.
Les sugiero leer , en este link, el interesante reportaje aparecido el 18 de noviembre pasado en El Sábado, de El Mercurio .
(Fotos: diario.elmercurio.com)