LA HISTORIA DE LA BALLENERA DE QUINTAY

En la caleta de Quintay, localidad ubicada a 122 km de Santiago y a 47 km al sur de Valparaiso, se registró durante varios años, entre 1943 y 1967, una intensa actividad de pesca y procesamiento de ballenas que la llevó a convertirse en la principal planta terrestre dedicada a este fin en Chile.
El solo concepto de caza de ballenas, que en nuestra época provoca escalofríos de indignación con el sólo imaginar la cruenta muerte y descuartizamiento de estos gigantescos y pacificos mamíferos, debe ser entendido con el criterio de dicha época, en la que esta actividad constituía una fuente sin alternativas de obtención de muchas materias primas importantes en el uso diario de la humanidad, situación que hoy afortunadamente ha sido reemplazada por otras actividades industriales y otras fuentes vegetales que hacen hoy dia innecesaria esta cruel actividad ballenera. Pero en dicha época, eran numerosos los productos de uso diario que se extraían del cetáceo: aceites, jabónes como el famoso Gringo, detergentes, lápices labiales, grasas para margarinas, carne para consumo animal y humano, huesos molidos como abono, velas de sebo y el apreciado ambar gris del cachalote, usado como fijador en perfumería. En fin, se estimaba que el 90% de la masa de la ballena era utilizable. Todos estos productos eran fabricados y comercializados para consumo interno del país.
Fue la industria INDUS, fundada en 1900, quien en 1936 inició su actividad ballenera con una flota de buques fábrica y plantas terrestres en Corral e Isla Guafo, quien inauguró el 1° de diciembre de 1943 la principal, esta de Quintay. En ella trabajaron entre 700 y 1000 empleados, en sistema de turnos, y en su momento de mayor auge (1956-62) llegó a procesar 2.100 ballenas y producir 43.826 barriles de aceite anuales. La actividad de Quintay se interrumpió en 1961, para reanudarse transitoriamente entre 1964 bajo administración japonesa, y concluyó definitivamente en 1967, al firmar el Gobierno de Chile el tratado internacional que prohibió la caza de la ballena.
Veremos a continuación la parte desagradable de la historia ¿cómo se cazaba la ballena?
La caza se efecuaba con barcos armados de un arpón impulsado por cañón, trabajando en Quintay hasta 8 barcos de este tipo. Una vez clavado el arpón en el cuerpo de la ballena, explotaba una granada , que la mataba instantáneamente. Cada barco podía llegar a matar 16 ballenas diarias.
A la presa muerta se le inyectaba aire a presión para que flotara, siendo atadas a los costados del barco y remolcadas hacia el muelle de la planta, donde eran amarradas a una boya esperando el momento en el que pudieran ser procesadas. A veces, la bahía se veía cubierta de ballenas flotando, lo que provocaba un característico olor nauseabundo que alejó por muchos años el turismo de Quintay.
Finalmente, las ballenas cazadas eran amarradas por la cola a un cable que estaba unido a un huinche. Mediante este huinche, las ballenas eran arrastradas desde la boya y subidas por la rampa anexa al muelle hasta la plataforma de descuartizamiento (uff..). Allí operaba una grúa que se desplazaba sobre rieles llamada Donke

La caza industrial de la ballena puso en peligro su supervivencia. De 250.000 ejemplares de ballena azul, se llegó a tener 400 en cierto momento, y en 1967 el Comité Internacional de Ballenas (IWC) logró que se aprobara un acuerdo internacional para prohibir toda caza. Sólo se restaron a su firma Japón y Noruega (ésta última, maestra de los balleneros chilenos a través del pionero Adolf Andresen), paises que continúan cazando ballenas con el pretexto de fines de investigación (800 ejemplares). En realidad, esta práctica no tiene, a esta altura de los tiempos, ninguna justificación.
El mundo en algunos aspectos ha dado grandes pasos hacia eliminar prácticas brutales e innecesarias, como la caza de ballenas; si tan solo no estuviera dando pasos atrás al intentar convencernos de la legitimidad de matar embriones humanos in utero apelando a derechos tan absurdos como aquéllos que alguna vez justificaron la matanza de ballenas.

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