Tuesday, February 27, 2007


WILLIAM MILLER Y SU PREDICCION DEL FIN DEL MUNDO






Era el 22 de octubre de 1844. Ese día, unos 100 mil cristianos se juntaron en las colinas, en los lugares de reunión y en los prados de diversos lugares del Noreste de Estados Unidos. Estaban esperando gozosamente y sin aliento el regreso de su Señor y Salvador, Jesucristo. Las multitudes se habían congregado debido a las aseveraciones proféticas de un granjero laico bautista del estado de Nueva York, llamado William Miller (1782-1849). El aseguraba, en base a sus estudios de la Biblia, que Jesucristo iba a regresar ese preciso día.
La profetizada fecha del retorno había llegado. Las multitudes que lo espèraban buscaban con la mirada expectante hacia arriba mientras pasaban las horas, desde la luz del día hasta el anochecer. Muchos de ellos habían vendido o regalado sus propiedades y bienes, los que se habían tornado inútiles para dicha magna circunstancia cual sería la segunda venida de Cristo, se habían colocado las túnicas blancas ofrecidas para la ocasión por Miller, y a esperar. El 22 de octubre estaba llegando a su fin. La ansiedad crecía mientras descendía la oscuridad de la noche.Entonces llegó la hora de la medianoche y Jesucristo aun no había regresado. La gente se tornó aún más desesperada. A través de las horas de la oscuridad, las multitudes desanimadas y perplejas reunidas en diversos lugares, comenzaron a dispersarse. Cuando la luz del día 23 de octubre llegó, era claro que Cristo no iba a regresar como se había esperado. Este día se conoció , de ahí en adelante, como "El Gran Chasco".
Pero, veamos cómo se llegó a producir esta situación.
William Miller era un granjero nacido en Pittsfield, Massachussetts, un 13 de febrero de 1782. Al morir su psdre, heredó su granja y se dedicó a trabajar en ella durante varios años, se casó y formó su familia. A los 34 años se despertaron en él inquietudes espirituales e ingresó a la Iglesia Bautista en su nuevo hogar, Low Hampton, en la campiña del estado de Nueva York, y comenzó a leer ávidamente la Biblia. En especial, le llamaron la atención el libro de Daniel y el Apocalipsis. En 1818, como resultado de sus lecturas de Daniel 8 y 9, y tras dos años de establecer interpretaciones e intrincados cálculos numéricos con sus versículos, llegó a una inesperada conclusión:la segunda venida de Cristo se produciría en alguna fecha comprendida entre el 20 de marzo de 1843 y la misma fecha de 1844.
Mantuvo su descubrimiento en secreto hasta 1831, fecha en la que, tras un rapto místico, comenzó a divulgarlo en sermones en las iglesias bautistas de toda la región, las que abrieron sus puertas a la predicación de Miller ante tan fabuloso descubrimiento, viajando de pueblo en pueblo. Su mensaje llamaba a prepararse: "Cristo aparecería por segunda vez por los cielos, resucitaría a los justos muertos y los juzgaría junto con los justos vivos, los cuales serían arrebatados para reunirse con El en el aire; purificaría la Tierra con fuego, haciendo que los impíos y todas sus obras fueran consumidas , encerrando sus almas en el lugar destinado al Diablo y sus ángeles; que los santos vivirían y reinarían con Cristo mil años en la tierra nueva; que entonces Satanás y los impios serían resucitados, siendo ésta la segunda resurrección, y, siendo juzgados, harían guerra contra los santos, serían derrotados y lanzados al infierno para siempre".Una lluvia de estrellas fugaces, observada en noviembre de 1833, y un cometa que surcó los aires en 1843, sólo contribuyeron a echarle más leña al fuego, dandoseles interpretaciones apocalípticas.
Llegada la fecha anunciada y no habiendo ocurrido nada de lo esperado, un seguidor de Miller, Samuel S. Snow, propuso a su maestro que revisara sus cálculos, para ver si había incurrido en algún error. De ese modo, Miller descubrió que no había considerado en éstos la transición del periodo A.C. (antes de Cristo) al D:C. (después de Cristo) , de modo que readecuó su fecha de la venida de Cristo al 22 de octubre de 1844. Fue ésta la ocasión que despertó mayores reacciones y expectación, como detallo al inicio de este post.. Sin embargo, una vez más, nada de lo profetizado por Miller ocurrió.
Muchos de sus seguidores y discípulos regresaron a las iglesias de las que antes habían venido, sin duda confundidos, trastornados y avergonzados por haber aceptado algo que se reveló como una fantasía vacía. Otros abandonaron completamente su fe a causa de esta desilución, y el propio Miller renunció a seguir profetizando y se retiró a su granja de Low Hampton, donde murió el 20 de diciembre de 1849.
Al día siguiente del "Gran Chasco", uno de los discipulos de Miller (llamados mileristas en ese entonces), Hiram Edson, dijo que había tenido una visión. Según ella, el día 22 sí había ocurrido algo grandioso, pero no en la Tierra sino que en el cielo, en donde de modo invisible para los hombres, Jesucristo había pasado del "lugar santo" al "Santuario celeste" , y que ese mismo día había comenzado el juicio de los muertos y que, apenas terminara de juzgarles, continuaría con los vivos. De acuerdo a los actuales adventistas, esta realidad continúa aun hoy, a 160 años de su teórico inicio. Las creencias de los mileritas se habrían extinguido completamente de no haber sido por una discípula suya, Ellen White (1827-1915). A partir de su impulso predicador, basado en su maestro Miller, el movimiento milerista dio origen a la Iglesia Adventista y a los Testigos de Jehová.
Dejo a ustedes la opinión sobre los hechos históricos recién expuestos.
Una excelente y completa crónica del ambiente que se vivía y de los comentarios que se hacían en aquél tiempo en Estados Unidos respecto a las profecías de Miller puede leerse en este link.

Pero, bien podría decir que Miller, a pesar de leer detenidamente la Biblia, olvidó reflexionar tal vez en dos lecturas:
"Mas de aquél día y hora, nadie sabe nada, ni los ángeles de los cielos, ni el Hijo, sólo el Padre" (Mt 24, 36)

"No os toca a ustedes conocer los tiempos y circunstancias que el Padre ha fijado con su exclusiva autoridad" (Hechos 1,7).

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Thursday, February 15, 2007

LA MAYOR TRAGEDIA MARITIMA


DE LA HISTORIA NO FUE LA DEL TITANIC




Imagen del Wilhelm Gustloff en su era dorada




Si a uno se le pregunta cuál ha sido la peor tragedia marítima de la historia reciente, lo más probable es que salte inmediatamente a la mente el nombre del Titanic. Una gran y dramática tragedia ocurrida el 15 de abril de 1912, al chocar el trasatlántico con un iceberg, acontecimiento recientemente recreado en una magnífica película. En ella fallecieron 1.622 personas y fueron rescatadas 605. Un gran desastre, no cabe duda, pero que por lejos no constituye el peor desastre de la navegación marítima. ¿qué me dirían si les cuento que en 1945, el hundimiento deliberado de un barco hospital lleno de refugiados costó 6 veces más vidas que el Titanic, exactamente 9.343 personas fallecidas en unos 55 minutos?


Así es, pero esta tragedia es conocida por muy pocos. Del nombre del barco involucrado, el Wilhelm Gustloff alemán, posiblemente sea esta la primera vez que sea escuchado por muchos lectores, y las circunstancias no accidentales de su hundimiento han sido cubiertas por un no casual manto de silencio que debe ser develado. Y de la historia surge un hombre, el capitán del submarino soviético S-13 Alexander Marinesko, quien debe ser el ser humano responsable de la muerte de más personas a raíz de una sola órden suya y en unos pocos minutos. Alexander Marinesko hundió posteriormente otro barco hospital alemán, el Goya, sumando otras 6.000 muertes. Estas acciones lo llevaron a ser propuesto como Héroe de la Unión Soviética. Cargará por siempre en su consciencia con la muerte de más de 9.000 personas inocentes, aunque seguramente haya sido felicitado en su momento por sus superiores comunistas, para quienes estas vidas, tradicionalmente, no tienen importancia, tal como lo han demostrado en sus largas décadas de poder total.

Veamos su historia.
El Wilhelm Gustloff fue un trasatlántico de línea alemán construido en 1937 por el gobierno nazi y destinado a organizar actividades culturales y recreacionales para los trabajadores , lo que incluía cruceros de turismo a diversas partes de Alemania y de otros países, incluyendo el Mediterráneo y el Mar del Norte. De esa forma, el partido nazi pretendía entregarles actividades que antes estuvieron al alcance sólo de los ricos y poderosos. En compensación la clase trabajadora se desempeñaba de manera más productiva, participando de los beneficios que su esforzado trabajo le daba al Tercer Reich. El buque fue construido por Blohm & Voss, Hamburgo, tenía 208,5 metros de eslora y 23,5 metros de manga, desplazaba 25.484 tn impulsado por motores diesel de 9.500 HP. Contaba con una tripulación de 420 oficiales y marineros y podía transportar a 1465 pasajeros de una sola clase con una velocidad de 15,5 nudos. Fue bautizado Wilhelm Gustloff en honor a un líder nacionalsocialista suizo asesinado en 1936.
Una vez iniciada la 2ª Guerra mundial, el Gustloff fue destinado a Buque hospital, labor que desempeñó durante todo este período, hasta que en enero de 1945 se le asignó una nueva misìón humanitaria. En ese momento, enfrentado al incontrarrestable avance del Ejército Rojo de la URSS sobre Alemania, el Almirante Doenitz ordenó que el Gustloff, junto a otros barcos de transporte, cargueros, auxiliares y pesqueros destinados en el Báltico , participara en la mayor evacuación realizada en la historia, consistente en el rescate y transporte de millones de refugiados, enfermos, heridos y todos los que escapaban de las hordas rusas que desde el este avanzaban arrolladoramente hacia el territorio alemán de Prusia Oriental y el puerto de Danzig, enclavado en medio de Polonia.
En el puerto, más de 60 mil refugiados trataban de abordar las naves creándose un estado de caos y confusión. Mientras los oficiales trataban de contabilizar a los pasajeros, mucha gente abordaba desordenadamente burlando la guardia que se veía inerme para controlar a la multitud. Algunos disparos al aire hacían recuperar el control pero no por mucho tiempo. Niños deambulaban por doquier buscando a sus padres. Un nutrido grupo de auxiliares femeninas de la Kriegsmarine fueron acomodadas en lo que una vez fue la piscina del lujoso trasatlántico ubicada en la Cubierta-E. Todas eran jóvenes de entre 17 y 25 años. Un día antes de zarpar, llegó un tren hospital a Gotenhaven llevando heridos que fueron subidos a bordo y acomodados en la llamada cubierta para tomar de sol donde años atrás, miles de turistas alemanes se broncearon navegando por las aguas del Mediterráneo. Todos los espacios del buque estaban abarrotados de gente. En cubierta se veían algunas ametralladoras antiaéreas instaladas para rechazar posibles ataques aéreos. Sólo dos tercios de los pasajeros llevaban chalecos salvavidas y ante el número de pasajeros era evidente que en caso de emergencia los botes salvavidas no podían albergar al resto.
El buque contaba con una tripulación de 173 hombres, y transportaba 918 oficiales y marineros, 373 mujeres del Cuerpo Femenino Auxiliar de la Kriegsmarine, 162 heridos y 4.424 refugiados. La lista oficial informó de un total de 6.050 personas, pero no cabe duda que muchos cientos más, de una manera u otra, lograron subir a bordo escapando del Ejército Rojo. Las últimas investigaciones dicen que a bordo del Gustloff viajaban, 8.956 refugiados, 918 oficiales y marineros de la 2.Unterseeboot-Lehrdivision, 373 mujeres del Cuerpo Femenino Auxiliar de la Kriegsmarine, 173 auxiliares y 162 heridos graves sumando un total de 10.582 personas.
Rumbo a su destino final
A las 12:30 de la tarde del 30 de enero de 1945, el Gustloff soltó amarras mientras cuatro remolcadores lo sacaban a la rada. El Gustloff zarpó de la bahía de Gotenhaven en un día con muy mal tiempo, precedido por un barreminas. Nevaba con vientos fuertes y la temperatura era de 10 grados bajo cero. El mar se encontraba medio congelado y cualquier persona que cayera al mar no podría sobrevivir. El Gustloff comenzó la navegación sin escolta contra los ataques submarinos o de aviación. Ante los ataques aéreos el buque tenía la protección del inclemente clima y unas pocas ametralladoras antiaéreas, pero ante los submarinos estaba inerme. Pronto la oscuridad invernal envolvió al buque y la gente con varios días sin comer ni dormir, cayo presa del mareo. La cubierta estaba congelada.
A las 21:08 del día 30 de enero de 1945, el Wilhelm Gustloff navegaba entre la Bahía de Danzig y la isla danesa Bornholm, casi a la altura de Stolpmunde en Pommerania, cuando fue descubierto por el submarino soviético S-13 comandado por Alexander Marinesko. Esa noche de enero de 1945, Marinesko disparó tres torpedos contra el Wilhelm Gustloff que recibió de lleno los impactos, escoró rápidamente a estribor recuperando la verticalidad poco después, pero finalmente volvió a escorar. El testigo del hecho Karl Hoffman relató que el primer torpedo hizo blanco en la proa debajo de la línea de flotación, el segundo en la sección media a la altura de la piscina, matando a casi todas las auxiliares de marina, y el tercero a mitad del buque por delante de la sala de máquinas. En pocos minutos el castillo de proa se encontraba casi bajo las aguas. En menos de 50 minutos el Gustloff se hundió, llevándose hasta el fondo del Báltico a 9.343 hombres, mujeres y niños. 1.239 personas pudieron ser rescatadas con vida por buques alemanes que se encontraban en las cercanías en misiones de evacuación o escolta, el mar estaba cubierto de cadáveres con salvavidas.
Karl Hoffman sufriendo hipotermia fue rescatado por el Torpedoboot T-36 cuya tripulación lo reanimó con masajes y te caliente. El T-36 formaba parte del escuadrón de escolta del crucero pesado Admiral Hipper que también llevaba refugiados. El propio T-36 sorteó dos nuevos torpedos escapando a toda velocidad. A las 2 de la tarde del 31 de enero de 1945, el T-36 llegó a Sassnitz.
De Alemania Oriental y Polonia, en total fueron evacuadas 2 millones de personas, que de no haber podido escapar, habrían sido asesinadas por los rusos, como lo fueron los que quedaron atrás. De los que lograron ser embarcados, entre 25 mil y 30 mil murieron, la mayoría de ellos, unos 15 mil, cuando en Gustloff y el Goya fueron hundidos.
Seguramente, muchos lectores habrán escuchado acerca del Lusitania, trasatlántico estadounidense que en 1915, durante la I Guerra Mundial, transportaba pasajeros pero también armamento oculto en sus bodegas desde EEUU hacia Inglaterra, hundido por un torpedo de un submarino alemán que lo había advertido, cobrando la vida de 1.460 personas. Ese hecho fue, con razón, motivo de condena mundial . Pero ¿y éste? ¿cuál fue su atenuante? ¿sólo porque las víctimas eran alemanas? ¿O porque el submarino agresor era soviético comunista, y no era conveniente molestar a este pais, aliado de Occidente en un principio y hasta que terminó la guerra, y luego convertido en formidable adversario de las democracias occidentales?
Una de las causas, incluso más específica e inmediata, de las atrocidades cometidas contra la población alemana del este de Prusia fue la propaganda de odio soviética que deliberadamente incitaba a las tropas soviéticas a la violación y al asesinato, incluso a matar niños alemanes. El jefe de los comisarios de propaganda soviética fue un poeta comunista lleno de odio llamado Ilya Ehrenburg, amigo de Pablo Neruda. Una de sus directivas a las tropas soviéticas dice:

MATAD! MATAD! En la raza alemana no hay nada más que mal; ni uno entre los vivos, ni uno entre los aún no nacidos, nada más que mal! Sigan los preceptos del camarada Stalin. Aniquilen a la bestia fascista de una vez por todas en su guarida. Usen la fuerza y rompan el orgullo racial de esas mujeres alemanas! Tómenlas como su botín de guerra! A medida que avancen, maten, nobles soldados del ejército rojo!”

Por el número de víctimas, el hundimiento del Wilhelm Gustloff es el desastre marítimo registrado más grande de la historia.

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Friday, February 02, 2007

LA BIOQUIMICA DEL AMOR


Pareciera que la ciencia estuviera empeñada en sepultar el romanticismo existente en el mundo. No conforme con mostrarnos la verdadera cara de la luna, una fria y gris superficie rocosa que la priva de todo componente romántico, ahora ha procedido, a través de una serie de trabajos de investigación, a develar la naturaleza íntima del amor humano. Lo ha hecho con un importante grado de certeza científica, reemplazando el corazón rojo por un conjunto de sustancias químicas cerebrales que actúan secuencial e integradamente para dar origen a nuestros sentimientos más apasionados. Pronto será necesario tal vez reemplazar el Día de San Valentín por el Día de la dopamina, feniletilamina y occitocina, si quisiéramos ser mas rigurosos.
Desde la década de los 90, varios investigadores se han dedicado a interpretar el trasfondo bioquímico de los sentimientos humanos de amor y atracción.

Las bases del amor apasionado: dopamina, feniletilamina, norepinefrina:

Helen Fisher, antropóloga de la Universidad de Rutgers, New Jersey, y autora del libro "The Anatomy of love", junto con Arthur Aron y Lucy Brown, estudairon la actividad cerebral de distintas zonas del cerebro de personas recién enamoradas, a través de Resonancia Nuclear Magnética. Al mostrarles una foto de la persona amada, registraron aumento de la actividad en dos zonas especificas: el núcleo caudado derecho y el area ventral tegmental derecha. Estas zonas forman parte del sistema de motivación y gratificación del cerebro, y funcionan en base al neurotransmisor dopamina. Son los elevados niveles de Dopamina los que determinan sentimientos tales como euforia, energía, atención enfocada en estímulos novedosos y motivación para ganar una recompensa, todos ellos presentes en las primeras etapas del enamoramiento.
Curiosamente, ya en este estudio se encontraron diferencias en las zonas más estimuladas, de acuerdo al sexo: en mujeres, la actividad fue más marcada en el cuerpo del caudado, el septum y el cortex parietal posterior, mientras que en el hombre hubo más actividad en las areas de proceso visual.

En verde, el núcleo caudado, con su cabeza, cuerpo y cola

En otra investigación, la siquiatra Donatella Marazziti, de la universidad de Pisa, estudiando las similitudes entre el estado de enamoramiento y el Sindrome Obsesivo Compulsivo (SOC), un transtorno siquiátrico con el que comparte algunas conductas comunes, decidió medir los niveles de serotonina sanguínea (otro neurotransmisor) tanto en pacientes con SOC, personas enamoradas recientemente (menos de 6 meses antes) y controles que no presentaban ninguna de las dos situaciones, y descubrió que los niveles de serotonina eran un 40% más bajos en ambos casos al compararlos con personas "normales". Sus hallazgos se reafirman al tener en cuenta el conocido efecto de los modernos antidepresivos, como la Fluoxetina (caracterizados por elevar los niveles de serotonina en las sinapsis cerebrales), que se asocian a una pérdida de la líbido y la atracción amorosa.
Finalmente, Donald Klein y Michael Leibowitz hallaron otra sustancia neurotransmisora asociada: la feniletilamina.
Pero, ¿es posible que esta etapa de atracción eufórica y pasional dure por siempre, como parece esperar la gente ?. Por lo visto, biológicamente, no es posible. Según la profesora Cindy Hazan, de la Universidad de Cornell en Nueva York (Estados Unidos): "los seres humanos se encuentran biológicamente programados para sentirse apasionados entre 18 y 30 meses". Ella entrevistó y estudió 5.000 personas de 37 culturas diferentes y descubrió que el amor posee un "tiempo de vida" lo suficientemente largo para que la pareja se conozca, copule y tenga un niño. "En términos de la evolución" - dice finalmente - "no necesitamos de corazones palpitantes y sudor frío en las manos". Los circuitos de la dopamina y noradrenalina en el cerebro, los llamados "circuitos de recompensa", son los mismos estimulados por drogas como la cocaína, por ejemplo. Y tal como ocurre con esta última, el cerebro genera mecanismos de "tolerancia" o acostumbramiento a los neurotransmisores sobreestimulados, es decir, se requieren cada vez mayores cantidades de estimulante para producir el mismo efecto. Talvez, si la estimulación se mantuviera siempre constante, esto redundaría en un daño cerebral mental para la persona.
Y desde el punto de vista evolutivo, todo esto tiene una razón de ser:
"Creemos que el amor romántico es una forma desarrollada de una de las tres redes primarias del cerebro que se desarrollaron para dirigir la reproducción de los mamíferos" agrega Helen Fisher "El impulso sexual se desarrolló para motivar a los individuos a perseguir el sexo con cualquier pareja apropiada. La atracción, el precursor del amor romántico, se desarrolló para permitir que los individuos persiguieran a los compañeros de apareamiento preferidos, y así ahorrar tiempo y energía dedicados al cortejo. El sistema de circuitos del cerebro para el vínculo macho-hembra se desarrolló para permitir a los individuos permanecer con un compañero suficiente tiempo para completar las tareas de crianza específicas de la especie". ¿todo fríamente calculado?
¿ Y todo acaba aquí, al desaparecer esta etapa de dopamina, feniletilamina y noradrenalina cerebral altas, con serotonina disminuida?

La base del amor estable: la occitocina :

No. Hay un tipo distinto de sentimiento amoroso, más de apego, de compañerismo, de un vínculo duradero aunque no tan apasionado como el inicial. Y aquí también hay un responsable: una hormona y también neurotransmisor llamado occitocina. Esta hormona producida por la neurohipófisis, era conocida por su acción durante el parto, estimulando las contracciones del útero y posteriormente, la lactancia. Pero su efecto va mucho más allá: se la ha identificado como la generadora de vínculos afectivos de diverso tipo en animales y humanos. Podría ser responsable del intenso amor maternal por los recién nacidos, por ejemplo, y se la ha considerado como importante responsable de la conducta afiliativa en general, entendida como las conductas sociales que fomentan la cercania entre los individuos de una especie. Una completa revisión de sus funciones se puede leer en este sitio.

Se han identificado algunos estímulos favorecedores de la liberación de occitocina. El masaje, las caricias y el orgasmo, elevan los niveles sanguíneos de esta sustancia, estimulando la afectividad entre ambos miembros de la pareja. De modo que, ya sabemos qué hay que hacer para no dejar morir el amor. Y si todos tomaramos conciencia de estos ciclos afectivos biológicos, tal vez teniendo las expectativas bien conocidas de antemano, se evitarían muchas desiluciones y separaciones, teniendo presente que es imposible, biológicamente hablando, mantener un amor con alto estimulo de dopamina y feniletilemina indefinidamente.

Y no por culpa del otro. Por nuestra propia naturaleza.

Más información:

Revista National Geographic en español, Febrero de 2006

El amor diseccionado

La química del amor (BBC news)

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